No fuimos pocos los sorprendidos al tratar de salir de casa por una nube gris de dudas que lo empapaba todo. En mi caso, Dayan Rodríguez terminó por convencerme de ir, cuando me aseguró que todo estaba y en pié. No fuimos pocos los que pensamos así desde un inicio, fue progresiva esta comprobación. Al final, el patio de Doña Nieves estaría repleto de gente al despuntar el atardecer.
Day Céspedes siempre recuerda que alguna vez le dije en broma, que rezábamos mucho antes de cada chivo porque siempre teníamos las condiciones perfectas para los chivos. Sin embargo, sí es cierto que existe un hecho milagroso en ello... Cuando se anuncia un chivo, somos varios quienes pensamos recurrentemente en ello. Le damos fuerza a la idea, tratando de imaginar cómo será y que pasará, algunas personas hacen hasta planes del cómo llegar o hasta el qué tomar. ¿Y cuántas historias no inician, se entretejen y acaban allí? Tantas cabezas pensando en lo mismo, es la fuerza mágica que quita el agua y pone sol, en Tejar cuando de chivos se trata. Este chivo es otro ejemplo más, de esa magia tejareña.
Ayer me dediqué a hacer poco de esta vagabunderia llamada Larasva Records y me dediqué a disfrutar como se debe un chivo de esta categoría. Tanto Sick Boy, Endemia, Cero Absoluto y Kalibre, fueron el soundtrack perfecto para la tarde perfecta. Y ni que decir de todos los presentes, demasiada categoría, es preocupante juntarse así en un diciembre que empieza y promete bastante. ¡De Terrorshhh!
Espero compartirles unos videos por este medio. Ya no diré nada más, que las fotos hablen por mí: